Se inició en la danza folclórica cuando asistía a la escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara para estudiar pintura y dibujo publicitario. En la adolescencia había incursionado en ballet clásico con la maestra Dulce María Silveira.
En 1967 se incorpora al Grupo Folclórico de la Universidad de Guadalajara. En ese tiempo, y a la par, hace aprendizajes de danza moderna y coreografía con la maestra Susie Cashion.
Amalia Hernández, directora del prestigiado Ballet Folclórico de México, lo invitó a participar en su compañía. Carlos Ochoa estuvo cuatro años en ciudad de México dedicado a la danza, recibía un salario como profesional y alcanzó el estatus de solista.
Fue época de su gran aprendizaje, no sólo consiguió dominar la técnica de quien baila con arte sino también aprendió a perfeccionar los demás elementos que hacen posible la existencia de un grupo profesional: la organización de las giras, el trato con los empresarios, y sobre todo, la inspiración de llevar el folclor natural del mexicano a un escenario, volverlo espectáculo. Aprendió iluminación, coreografía, utilería incluso hizo diseño de trajes típicos. Cabe destacar de esta época en ciudad de México, los estudios que realizo en coreografía con Lyn Levyn de la Compañía de Avin Licolai Teather Dance, Madam Dambre y Amalia Hernández.
A su regreso a Guadalajara en 1975, tuvo el privilegio de ser uno de los maestros fundadores de la carrera de danza en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara. Volvía, además, para fungir como asistente del Ballet Folclórico. Hizo, no obstante, otras giras con el grupo de Amalia Hernández a través de Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, África y Europa.
En 1978, Carlos Ochoa es nombrado Director General y coreógrafo del grupo folclórico universitario, donde tiene la oportunidad de llevar a cabo sus planes para estructurar y profesionalizar el trabajo del Ballet.
Funda la compañía residente, el grupo que permanece en la ciudad mientras el oficial sale de gira, por medio de las convocatorias se integran los elencos, crea una secuencia con la escuela infantil y el grupo de adolescentes, el tercer y segundo grupo, hasta alcanzar la compañía oficial.
Ha implementado diferentes técnicas de preparación e investigación de la danza en varios estados de la república mexicana, resultando un gran repertorio profesional con el que ahora cuenta el ballet folclórico de la Universidad de Guadalajara.
Con treinta y ocho años de experiencia y gran labor ha llevado a la compañía a lograr un alto nivel profesional, son numerosos sus premios y reconocimientos, así como las participaciones internacionales.
Destacan también sus exposiciones de pintura, la realización del diseño de telones para teatro y danza así como la ejecución del diseño de vestuarios de todas las producciones.
Y recientemente el diseño de la asombrosa escenografía virtual que enmarca la presentación del ballet folclórico nos da muestra de su constante actualización.
